lunes, 3 de noviembre de 2014

La calidad, ¿una cuestión de gustos?

El concepto del gusto designa tanto uno de nuestros cinco sentidos como el sabor de un alimento. Pero también remite a una apreciación de lo que es bueno o malo. Cuando se degustar un vino, la percepción del gusto, o de los sabores, siempre va de la mano de un juicio que refleja la preferencias de cada quien. A esta degustación mas bien hedonista, que refleja el pacer (o disgusto) que el degustador siente espontáneamente, se opone la degustación en el sentido técnico, cuyo fin es juzgar la calidad de un vino. Esta consistente en hacer un análisis detallado de las sensaciones según un cuadro de lectura preciso, pero también se basa en un conocimiento del vino y de su elaboración. Así, juzgar la calidad no es una simple cuestión de gustos. Es un ejercicio basado en un aprendizaje en la diversidad de experiencias gustativas. Entre evaluar sus cualidades y defectos. Los degustadores profesionales lo hacen perfectamente y lo reconocen -casi siempre de manera unánime- los grandes vinos, los buenos y los malos.

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